¿Qué no es poesía?
Elisa Boland
Definir por negación
también es una forma de aproximarse a un objeto del cual interesa saber qué es,
aunque de antemano sepamos que no es fácil dar explicaciones rápidas y a la vez
tampoco importa ser definitivos. Como dijimos al comienzo, consideramos que lo
mejor en el caso de la poesía son las aproximaciones.
Benjamín Prado (2008) señala que gran parte de los malos poemas que existen se han escrito en nombre de “la sinceridad, la belleza y los buenos sentimientos”, pensando que eso era suficiente para que existiera poesía, y agrega: “Un poeta eficaz no es el que nos habla de la luna, ni siquiera el que consigue crear la ilusión de que estamos contemplando la luna; un poeta eficaz es el que nos explica algo que no sabíamos acerca de ella, el que consigue que nunca más podamos mirarla como lo hacíamos antes, sino de un modo más completo, igual que si supiéramos algo que antes ignorábamos sobre el cielo y, tal vez, incluso, sobre nosotros mismos”. El mismo autor recomienda en su libro tener en cuenta (y detallar) las cualidades de un poema, que no surgen por azar sino a partir del trabajo del poeta cuando escribe; de este modo, como lectores, cuando leemos, podemos reconocer:
Cuando leemos, como mediadores, y antes de leer un poema a los chicos, tendremos que analizar los aspectos citados para ver si todo esto (el ritmo, el tratamiento del lenguaje, etc.) conviene a lo que se quiere decir en el texto.
Hay poemas sencillos y profundos a la vez, hay poemas superficiales y también malas imitaciones que reiteran lo que otros ya dijeron, y de manera más eficaz; hay poemas sin gracia, sin espíritu, aquellos que no provocan nada en el lector. Frente a esos poemas desacertados, también existen poemas más milagrosos, que se convierten en necesarios: no podríamos dejar de leerlos, algo tienen para decirnos cada vez que volvemos a ellos. En la poesía, como en el arte en general, conocer y hacer uso de todos los ingredientes y las herramientas específicas no significa crear una buena obra. Todo depende de la combinación de esas partes y del talento del autor para lograr algo revelador, que antes no sabíamos sobre alguna cosa o, incluso, como ya se ha señalado, sobre nosotros mismos.
Para finalizar, se presenta una invitación a los lectores: nada mejor que realizar lecturas y una selección personal de poemas o fragmentos de poemas (e incluso, trascribirlos) para intentar alguna respuesta sobre qué es y qué no es poesía, aunque sólo hallemos durante ese proceso algunas interesantes aproximaciones; y además, hacernos preguntas ante cada texto que leemos: ¿es poesía?, ¿nos revela algo nuevo?, ¿nos suspende la respiración por un instante?, ¿nos deja pensando?, ¿nos sorprende la eficacia de la brevedad?, ¿nos despierta el deseo de compartirlo?, ¿nos hace reír?, ¿nos acongoja…? Tal vez de todo eso y mucho más se trate la poesía.
Texto tomado de: Poesía para chicos. Teoría, textos, propuestas.
Rosario: Homo Sapiens Ediciones, Pp. 22-23, 2011.
Hablar del lenguaje
La poesía es una cuestión de lenguaje, de palabras que se ponen en juego entre sí y nos proponen un jugar diferente, un uso distinto de las palabras del que hacemos en la comunicación cotidiana. Aunque muchas veces en la vida de todos los días se produzcan expresiones "poéticas" (de hecho, lo hemos observado en la producción folklórica a través de coplas y canciones que circulan por el mundo), podemos afirmar que el lugar natural de la poesía es el poema. En la poesía encontramos reflejada la esencia de las cosas. El lenguaje poético permite la expresión de lo esencial, ya que tiene un plus excepcional en relación al lenguaje estándar de la comunicación diaria. Si bien es el mismo idioma que usamos todos, en el uso poético esas palabras aparecen cargadas "de significado hasta el máximo de sus posibilidades" (Pound, 1978).
(...)
La poesía suele ser considerada un misterio. De dónde viene la poesía es una de las preguntas más viejas que se han formulado y todavía no se encuentra respuesta, pero hay algo en que muchos autores, poetas entre ellos, coinciden al momento de intentar hablar de ella. Quizá porque la poesía intenta decir lo indecible y hablar de ella a veces trae la misma dificultad para decirlo y transmitirlo. El lenguaje poético proviene del lenguaje común, los poetas lo toman de allí, ya que el lenguaje común -como se ha dicho- tiene las palabras, usos y sonidos que el poema toma y hace propios. El lenguaje común, más las ideas y los sentimientos, juntos, suman la materia prima para crear la poesía, como si el lenguaje común fuera una gran paleta de donde tomar, elegir colores o un instrumento musical para ejecutar. El poeta usa esos materiales de un modo distinto del uso corriente del lenguaje. La función no queda sólo reducida a la comunicación, hay un algo más. Ese algo más es lo que destaca el lenguaje poético del lenguaje de la comunicación.
Texto tomado de: Poesía para chicos. Teoría, textos, propuestas.
Rosario: Homo Sapiens Ediciones, Pp. 80-81, 2011.
Elisa Boland. Profesora en Letras (Universidad
Nacional de La Plata), maestra y bibliotecaria. Premio Pregonero por su labor
como bibliotecaria en la difusión del libro y la literatura para niños. Fue
coordinadora de la Biblioteca Infantil de la Feria del Libro de Buenos Aires,
presidenta de ALIJA y codirectora de la revista La Mancha.
1 comentario:
Me gusta este artículo sobre poesía. Se puede trabajar con adolescentes. Gracias.
Publicar un comentario