La hormiga siempre ha inspirado al hombre. No solo ha sido un modelo de vida en colectivo y de orden, sino de creación artística presente en fábulas, proverbios, poemas y relatos. Constituye un signo de reflexión en todos los sentidos. Una filosofía de la hormiga nos advierte que ella es el símbolo del trabajo, la previsión y la armonía del ser en el reino animal, su inteligencia, su persistencia en hacer cumplir la memoria de la especie incluso ante el peligro natural o humano. Como si fuese una experta cartógrafa construye sobre la marcha el trazo de una ruta, y si se ve interrumpida lucirá desorientada por un instante, pero luego recobrará ese caminar tenaz con destino definido. Así es la hormiga de Chevige Guayke en el poema infantil Es una hormiga con su sombrilla, coeditado en el 2004 por la FAINE (Fundación Audiovisual Infantil Neoespartana), el Fondo Editorial del Caribe y el CONAC - Venezuela.
Con lupa en mano, este poeta de Crepuscolia creó la historia de una hormiga que desde varias ópticas plantea un gracioso juego de afinidad y significación durante la peripecia de cargar una hoja. Sombrilla, cielo y ala verdes, cobija, amiga, la hoja parece mimetizarse en cada uno de estos elementos mientras danza y baila en un desplazamiento constante con la hormiga. Ciertamente en la poesía para niños este fascinante insecto ha sido motivo de hermosas construcciones poéticas que nunca se agotan, puesto que la creación siempre será el resultado de una irreductible, única y valiosa manera de mirar, de sentir y de nombrar aquello que genera asombro y admiración. Y no menos atención merece, justamente, ese transitar perenne de la hormiga llevando trozos de la naturaleza para la edificación del espacio común y para garantizar la abundancia de alimento durante las lluvias o el invierno.
Las frecuentes disyuntivas que sugieren una doble interpretación de las imágenes que la hormiga forma en el jugueteo con la hoja, así como el encadenamiento metafórico sustentado en la negación de una figura con otra, marcan una acentuación rítmica y dotan de un carácter indeterminado al poema y, con mayor énfasis, a su final. Estos aspectos, además de la distribución gráfica de los versos y las divertidas ilustraciones realizadas por el artista Régulo Martínez, son los que estimulan, en una placentera lectura, la sensibilidad y la comprensión literarias en los niños y niñas:
La hoja camina
en el patio
pero no es ella
quien camina
quien camina
en el patio
es la hormiga que camina
con la hoja encima
(...)
La hoja es cobija
o
sombrilla
de la hormiga…
en el patio
pero no es ella
quien camina
quien camina
en el patio
es la hormiga que camina
con la hoja encima
(...)
La hoja es cobija
o
sombrilla
de la hormiga…
Es evidente que además de caminar y juguetear con la hoja verde, la hormiga puede cantar desde esa presencia plural que la caracteriza, tal como la imaginan Laura Devetach y Juan Lima en el libro La hormiga que canta, editado en el 2005 por Ediciones del Eclipse-Argentina. Estructurado por diez poemas, este libro se abre al deleite de los lectores niños, jóvenes y adultos. En fondos de intenso contraste y colorido presenta una gama de perspectivas que complementa y refuerza la imagen poética. Las hormigas parecen desplazarse por las páginas y marchan como si siguieran la jornada habitual, la ruta permanente que ni siquiera la magia de la poesía puede romper. Pequeñas y grandes, las hormigas cantan al unísono mientras miran el sol, la luna, o hacen mapas que “barre el viento”, y “pata con pata con pata” llevan pedazos, migajas de todo lo que consiguen a su paso.
La disposición de los poemas, los sonidos que genera el canto de la hormiga y la movilidad que aparentan las ilustraciones, invitan a interaccionar con una composición doble y profundamente entrelazada entre la dimensión textual de la palabra y la de orden pictórico, aspectos que definen y determinan la elaboración del libro-álbum.
Un rasgo interesante que introduce Laura Devetach en el libro es la posibilidad de ver en el trabajo de la hormiga el transcurrir de la creación poética que comienza a configurarse desde el poema 7: “Aquí el poema no está./ Lo llevaron las hormigas/ picadito/ picadito/ en zig/ zag/ en zig/ zag / en zig/ zag/ en zig/ zag/ en zig/ zag/ ¿En qué hoja/ de qué rama/ de qué planta/ lo armarán?” y concluye en el poema 10: “Azúcar negra/ la tierra/ dibujando un ojo negro/ y las hormigas/ que juegan/ a/ me/ ter/ ver/ sos/ a/ den/ tro”.
Estos libros muestran lo que es capaz de hacer la hormiga cuando el ingenio y la creatividad del poeta la mueven. Cada figura concebida propone ideas estimulantes en cuanto al trabajo poético que se puede realizar con los niños, en cuanto a ese acercamiento necesario para hacer que la palabra se despoje del lastre cotidiano y transite otros espacios.
La hormiga de Chevige Guayke camina y “piesmina” en una alegoría que crece, aumenta y cambia en función de las miradas que operan en el propio poema: la hormiga se ve a sí misma, es observada por una niña y, al final, quizás sujeta a la perspectiva que otorga la distancia, una pajarita desde lo alto poetiza sobre la niña que ve a la hormiga y, simultáneamente, sobre esta última y la hoja. Es como un juego de bumerang donde la voz poética garantiza, indudablemente, el regreso de la imagen transformada en otra cosa.
La hormiga de Laura Devetach canta mientras introduce versos en el hoyo de la tierra. Es la idea de la conformación del poema que resuena también en el canto como un componente que en la totalidad del libro resulta de peso y de considerable importancia, en función de las posibles interpretaciones que puede generar en el proceso de lectura.
Un cosquilleo producen estos dos libros de poesía infantil cuando se leen, un cosquilleo que lleva a repetir la lectura una y varias veces para disfrutar de la belleza que contienen. Un hormigueo que vale la pena sentir.
Referencias
Devetach, Laura y Lima, Juan (2005). La hormiga que canta. Buenos Aires: Ediciones del Eclipse.
Guayke, Chevige (2004). Es una hormiga con su sombrilla. Venezuela: FAINE (Fundación Audiovisual Infantil Neoespartana), Fondo Editorial del Caribe y CONAC.
*Tomado de Poda, Revista Latinoamericana de Poesía, Nro. 6, 2008, Barcelona (Venezuela): Fondo Editorial del Caribe.
5 comentarios:
Excelente trabajo. Creo que la literatura infantilaquí en el país necesita de la crítica o el comentario crítico para difundirla. Las editoriales editan y editan pero los libros se van quedando en los estantes de las librerías. Tampoco hay una promoción y animación a la lectura. Yo creo que es hora de que los escritores en este país se lean también entre ellos y sean más solidarios.
Felicitaciones
Sonia Paredes
Yo creo que en la poesía infantil la hormiga es un animalito muy atractivo. Me gustó mucho este comentario-análisis de los libros. Yo tengo el de Laura Devetach y me falta conseguir el de Chevige Guayke.
Nohelia
Es placentero poder apreciar y leer de una mente fina la opiniòn acertada acerca de un tema tan dìficil como la literatura infantil. No tengo el libro de Laura Devetach, pero si disfrutè el de mi amigo Chevige Guayke, donde compartì con èl el premio nacional del Libro con mi obra infantil: "Tiburcia". de la editorial FAINE. y El con "Es una hormiga con su sombrilla"del Fondo Editorial del Caribe. Te felicito por la justa medida de tus aciertos y sensibilidad acerca del concepto: "Hormiga" como personaje y tema de la literatura para niños.
Es inagotable lo que se puede escribir para los niños gracias a que contamos con lectores que saben apreciarla como lo haces tù .
Es placentero poder apreciar y leer de una mente fina la opiniòn acertada acerca de un tema tan dìficil como la literatura infantil. No tengo el libro de Laura Devetach, pero si disfrutè el de mi amigo Chevige Guayke, donde compartì con èl el premio nacional del Libro con mi obra infantil: "Tiburcia". de la editorial FAINE. y El con "Es una hormiga con su sombrilla"del Fondo Editorial del Caribe. Te felicito por la justa medida de tus aciertos y sensibilidad acerca del concepto: "Hormiga" como personaje y tema de la literatura para niños.
Es inagotable lo que se puede escribir para los niños gracias a que contamos con lectores que saben apreciarla como lo haces tù
Extraordinario el quehacer poetico y la sensibilidad de Chevige Guayke al presentarnos una circunstancia tan elemental de la naturaleza,y que por lo general pasa desapercibida, como lo es el laborioso esfuerzo de una hormiga como un hecho poetico. Chevige percibe la realidad, los elementos mas sencillos desde su esencia poetica, este bardo nos magnifica a una hormiga por su esfuerzo epico y esta desapercibida vecina nuestra termina siendo una heroina ante los ojos de los lectores mas incredulos. Lectura amena, magica y sorprendente.
Jose Ramirez.
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